De vez en cuando, mientras el ocaso incansable africano llena las calles de la comunidad de Mwandi de un naranja cálido, surca el cielo un enorme pájaro de hierro.

Es curioso ver cómo, entre la multitud, aparecen miradas al cielo; miradas indescifrables que siguen fijamente el surco del vuelo que se va quedando atrás.  Estado de inconsciencia donde sueñan y vuelven a despertar, sin ni siquiera esperar a que el avión se pierda en la inmensidad del cielo. Es posible que a veces sea mejor no imaginar lo que no puede suceder, deben pensar. 

Terminan así, sueños antes de empezar…

© Kubuka/2017/Luis Lanchares

Desde Kubuka colaboramos con personas que día a día luchan por impulsar la motivación de su pueblo, por despertar ese sentimiento olvidado de volar alto, de mirar desde arriba y de llegar tan lejos como uno quiera. Y todo ello con una de las armas mas poderosa que conocemos: la educación.

Ahora es Mwandi, una pequeña comunidad a las afueras de Livingstone (Zambia), quien está empezando a volar. Este vuelo, nuestro vuelo, despegó hace 6 años con el objetivo de posibilitar a menores y familias de la comunidad de Mwandi un desarrollo educativo, personal, social y afectivo.

Actualmente trabajamos con 105 menores soñadores, facilitándoles, gracias a becas escolares, el acceso a la cara educación secundaria que el gobierno impone. Por las tardes, reforzamos esta educación con un centro extraescolar donde estos estudiantes reciben clase de Matemáticas, Ingles, Ciencias, Física, Química y Biología por parte de 4 profesores cualificados.

 © Kubuka/2017/Luis Lanchares

Además los profesores impulsan iniciativas de ocio saludable para desarrollar valores que les ayuden a afrontar la madurez, favorecer la prevención de situaciones de riesgo e impulsar la motivación de los menores.

Sumado a todo esto, trabajamos con 94 familias realizando talleres enfocados principalmente a involucrar a los padres en el proceso socioeducativo de sus hijos y en el empoderamiento de los mismos. Además se realizan intervenciones en las propias familias con el objetivo de ofrecer pautas orientativas y apoyo desde la cercanía y el respeto en relación a la educación de sus hijos.

Finalmente se interviene en 16 colegios diferentes que se encuentran repartidos por la ciudad de Livingstone recogiendo información de cada menor y reportándola a los profesores del centro escolar y viceversa creando así una coordinación entre los diferentes profesores, encontrando problemas y solucionándolos en el mismo camino.

Hoy por hoy nos queda mucho vuelo para llegar a nuestro destino, pero podemos decir con orgullo, que juntos, estamos volando muy alto.

 

El atardecer volverá como cada tarde,

Es tiempo de creer,

Que ahora son ellos los que deben aprender a volar… 

Nacho Atienza