950 entradas vendidas, 17.014 € de beneficio recaudados, 6 grupos participantes, 4 food trucks, 8 colaboradores, 6 marcas, 45 artículos de marchandising vendidos… Pero, sobre todo, millones y millones de toneladas de ilusión, ganas y esfuerzo. Todo ello trasladado como por arte de magia a nuestra gente de Kenia y Zambia, nuestro motor.
Sí, no hay cifra que pueda medir todas estas emociones, ni palabras suficientes para agradecer todo lo conseguido pero lo vamos a intentar a través de este humilde post formado por las opiniones de algunas de las personas que vivieron Noon to Moon Festival 2017.
“Alegre y solidario”, así definen el festival nuestros amigos del grupo Yogures de Coco, para los cuales era la primera edición y se quedaron encantados con el recibimiento que les dio el público. “Nuestro estilo se desmarcaba un poco de la línea musical del resto de grupos que formaban el cartel pero, aun así, tuvimos una cálida bienvenida. Fue genial, mejor de lo esperado”. Sin duda este “fichaje” volverá en la próxima edición, no sólo porque tocan genial sino también porque tienen el espíritu KUBUKA: “nos encanta formar parte de eventos benéficos porque es motivador ver cómo todo el mundo arrima el hombro de forma desinteresada para que salga lo mejor posible”.
“¡Planazo inmejorable!”, asegura Javier, uno de los asistentes, que tiene claro que repetiría sin dudarlo ya que le ha parecido una gran oportunidad para juntarse con los amigos y poder disfrutar de un grupo de la talla de Taburete a un precio económico, con buen ambiente y además solidario. Eso sí, recomienda que “se celebre sobre el mes de junio para que haga mejor tiempo, abaratar un poco los precios de la comida y que se potencie más la ropa y el merchandising que se ofrece”. ¡Tomamos nota!
Leticia y Marina están de acuerdo en afirmar que es un festival en el que predomina el “¡buen rollo!”. Y eso es precisamente lo que se pretende con el Noon to Moon, ser un espacio de unión, solidaridad y diversión. Es la segunda edición y empieza a estar de boca en boca, “me habían hablado muy bien del festival por eso me animé, me ha encantado el buen ambiente y organización y además no había colas largas lo que te da más tiempo para bailar, así que, ¡repetiré seguro!, señala Leticia. Por su parte, Marina destaca que “no parase la música durante todo el evento y también que se vendieran artículos de pequeñas marcas que están empezando”. Eso sí, cambiaría la ubicación y “sería interesante disponer de transporte a más horas”.
“Gran iniciativa”, según comenta uno de los DJs O’Connor “nos encantaría volver porque es una buena idea organizada por gente joven con ganas de ayudar”. Además, otro de los valores de este festival es que apuestan por grupos noveles con mucho talento, “por lo que la calidad y la diversión están aseguradas”, concluye.
“Música solidaria”, ¿hay algo mejor? Otro de los grupos participantes, Lupas, explica: “nos encanta participar en eventos benéficos, ya que te permite estar en contacto con causas solidarias y poder aportar, mediante la música, nuestro granito de arena y además, tocar delante de gente que no nos conoce y que te arropan estupendamente. Fiesta y risa garantizada”. También hacen mención especial a la organización “formada por voluntarios que no esperan obtener nada a cambio”.
“Es solidario y eso lo hace más especial y significativo”. Carlota MAD se siente feliz por ver entre el público a desconocidos que cantan a voz en grito sus canciones. Según comenta,»tuve la suerte de conocerlo a través de un amigo que me lo recomendó y cuando me contactaron para participar como artista no lo dudé ni un segundo. ¡Repetiría, por supuesto y espero que mucha más gente se anime a asistir al próximo!”.
“Satisfactorio, a pesar de la paliza”, explica Manu, uno de los responsables de la organización. Y es que, como todos os imaginaréis, hacer realidad un evento de estas características supone para un voluntario, que no es profesional de esto, “sacar tiempo de donde no lo hay para lograr, entre todos, que sea un éxito”. Pero estos esfuerzos se ven recompensados por el maravilloso ambiente que se vivió el pasado 16 de septiembre en Ajalvir y por eso, Manu asegura que “habrá una edición tercera, cuarta, quinta… Nos encantaría que fuera un festival que se consolide en Madrid y que todos los años podamos acercar un poco de Kenia y Zambia a la gente”.
¡Qué más se puede decir!, solo podemos concluir con un enorme, rotundo y sincero.