Carta de Wambua desde África

Por fin un descanso, un rato de meditación y de examen de mis últimos dos meses en África. Un pitillo, erosión y la luz de la última vela.

Dos meses de camp, niños, nuevos colegas y muchas risas. Ahora ha llegado el momento de ponerse a trabajar duro. Desde pequeño he pensado que hay que devolver todo lo que se nos ha dado; una familia y unos amigos de envidiar, una casa, unos estudios, comida encima de la mesa, una cama y la oportunidad de elegir en todo momento mi camino sin demasiadas dificultades, dificultades que muchas personas han tenido desde el minuto cero de su vida.

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No recuerdo el día en el que tomé la decisión de venir a África, quizás porque desde niño daba por supuesto que un día, al terminar mis estudios en turismo, mochila en mano, cambiaría el mundo. Ahora, visto lo visto, me parece una tarea ardua por no decir imposible, pero eso no cambiará mi sueño de intentar lograrlo.

A medida que van pasando los largos días en estas tierras te vas acostumbrando a cosas que jamás te hubieras imaginado, a la pobreza absoluta, a la malnutrición, a la falta de agua, a la violencia, al ruido,  a la simpatía y  al cariño de la gente local. Creas en ti mismo un estado de frialdad, que a no ser por él, probablemente harías de nuevo  el macuto y cogerías el primer vuelo con destino: muy lejos de África.

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Ha llegado un punto en el que ya no te sorprende nada, ni siquiera que la mayoría de mis amigos locales hayan pasado por la trena, por asesinato o robo a mano armada, sus heridas de bala, las enfermedades por las que han pasado o el estado de sus casas en medio slum de Kibera.

En esta vida Dios tiene un sitio y un trabajo para cada uno, yo ya lo he encontrado, África me va a tener que aguantar durante muchos, muchos años, tantos como hagan falta.

Por último me gustaría agradecer a Más por Ellos la oportunidad de trabajar con ellos y de poder disfrutar de la confianza de una ONG transparente, joven y emprendedora.

Este es mi testimonio, mi humildad me impide pedirte ayuda en nuestros proyectos, sólo puedo decir que dejes de mirarte a ti mismo y echa un vistazo a lo que te rodea, no hace falta venir a África para darte cuenta que mucha de la gente que te rodea necesita tu ayuda, quiere y serás querido.

Ger (Wambua)

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