En 2010 hice mi primer viaje a África, en concreto para escalar los 5.896 metros del Kilimanjaro, y como bien sabéis, “África te atrapa”…, a partir de ese momento, ya no dejé de pensar en cómo volver a este continente. Soy Patrono desde 2003 de otra ONG, la cual no tenía contacto con África, así que en 2014 y tras algún proyecto solidario en Perú, decidí ir a África y, por medio de mi sobrina Saleta, me puse en contacto con Álvaro Mesonero, Álvaro Pérez-Pla y Elena Gómez Fortún (miembros de KUBUKA), que en esa época estaban poniendo los cimientos de MÁS POR ELLOS (actual KUBUKA). Me gustó todo lo que me contaron y fui con mi hija y la pequeña de mis 14 hermanos, a Tala, el pueblo donde está situada la Lisha Chindren’s Home, el proyecto de acogida de KUBUKA en Kenia.
Mi primer contacto con Lisha Children’s Home y África no fue fácil, dormíamos en tienda de campaña donde hoy están las gallinas, no había ningún niño y nuestro trabajo empezaba a la salida del sol. Básicamente me dediqué a ayudar en el huerto y a lijar y pintar todas las literas que hay ahora en Lisha por las mañanas, ya que a la hora de comer iba al campamento que se llevaba a cabo para los 500 niños de la comunidad local donde jugaba con ellos y hacíamos alguna actividad al aire libre. También les servía de comer, un día arroz y otro judías.
Desde luego, si con algo me quedo de ese viaje es con la alegría de los voluntarios y con la dureza de San Francis, un proyecto que apoya KUBUKA donde viven niños con discapacidad física e intelectual. Entrar allí te impacta, al igual que visitar Kibera, el slum en el que trabaja la ONG en Nairobi. Ambos sitios no te dejan indiferentes y me hicieron reflexionar mucho.
¿Qué supuso ese primer viaje? Fueron básicamente tres cosas, la primera es ratificar mi compromiso con Kenia y con la, en aquel momento, Más por Ellos; la segunda, como socio de mi empresa decidí que donaríamos el 2% de las ventas y de nuestro tiempo a proyectos sociales y, la tercera que, como bien me dijo años mas tarde el presidente de una Fundación, a nuestra edad nuestro trabajo en África no debe ser físico, sino intelectual. Como veréis las tres fueron de gran calado y de compromiso. No fue un viaje en balde sino todo lo contrario.
Volví de nuevo a Kenia en el 2015 y 2016 para visitar todos los proyectos y cada año iba viendo más cambios, el primero y mas bonito fue en Lisha, ya había niños que daban razón a crear el proyecto, ya se notaban mejoras, como que las casas de niños y niñas estaban acabadas, incluso…HABÍA LUZ!!!!, lo cual supuso un cambio importante para ellos y para la comunidad local ya que en esos años pasamos de la completa oscuridad a empezar a ver casas con luz y ventanas con cristales. Un avance realmente grande……y los bebes ya no lloraban al ver un Musungu ya que empezaban a acostumbrarse a ver blancos que iban a colaborar con la comunidad.
Tanto fue ganando mi corazón los proyectos de KUBUKA que poco a poco fuimos comprometiendo fondos de nuestra empresa Intelect Search a sus proyectos. Hicimos cuartos de baño en San Francis que mejoran la higiene y comodidad de los 19 niños que allí viven, adecentamos el patio y aseos del colegio Grace Humanitas de Kibera, ayudamos en construcción de habitaciones nuevas para voluntarios de Lisha…, asi hasta colaborar en un proyecto mayor, la construcción de la primera fase del colegio de KASIYA cerca de Livingstone en Zambia donde KUBUKA también cuenta con varios proyectos. De hecho, en la Navidad de 2016 decidí ir a ver acabado el colegio de Kasiya con una de mis hijas, lo cual supuso un antes y un después en nuestra vida. Y es que, en ese cuarto viaje decidí dos cosas realmente importantes: centrarme en proyectos que nuestra empresa pueda abordar 100% en lo relativo a su financiación y dar pasos para crear una fundación. De esta forma, en mayo de 2018 es aprobada por el Ministerio de Justicia y la denominamos Fundacion IntelectSearch + Nakupenda. El segundo nombre lo aportó una de las voluntarias que mas huella me dejó en Kenia, Mariona Navarro, y significa en suajili «Amor a Dios», ya que cuando vives los proyectos de KUBUKA, ves y notas a Dios muy cerca.
Y así llegamos a 2017… Tras visitar y construir un hospital en Uganda, pido de nuevo a Álvaro Pérez -Pla, buen amigo y persona muy trascendente en mi vida de RSC, volver a Lisha en 2018. Me fui este verano con Mariona Navarro Font, su hermana Ana, Sophia y su madre y un hermano mío y estuvimos con los 27 niños del centro de acogida. Ha sido un verano muy especial ya que hay niños que los vi nacer y a otros que los he visto crecer y ya son auténticas personas. KUBUKA ha sido lo más importante que les ha pasado en su vida y su gran oportunidad de hacer de Kenia un país mejor. De este último viaje vuelvo con tres ideas de colaboración preciosas para seguir apoyando los proyectos de KUBUKA que son los míos también.
Y, ¿sabéis qué? Este año, al igual que en 2016, iré dos veces a África con KUBUKA, ya que esta Navidad finaliza la fase II del colegio de Kasiya y en enero de 2019 podrán ir al colegio mas de 500 niños gracias a KUBUKA y nuestra Fundación IntelectSearch + Nakupenda y no quiero perderme el ver el colegio acabado. En este viaje me acompañará mi mujer.
En fin, sinceramente de mi primer viaje en 2014 y tras cinco viajes con KUBUKA tengo muy claro que no soy la misma persona, ¿por qué? Porque viajo a África para volver con la mochila llena de proyectos que financiar a través de mi fundacion, tengo claro que los proyectos deben ser de apoyo a la salud y educación de infancia, y tengo muy claro que voy a África para seguir comprometido con la infancia, ya que este país me enseñó que es fácil aportar, tienes mayor corazón y menor cuenta corriente, pero tan importante es colaborar económicamente como darte tu mismo. Además, cuando viajas a África te estas dando y vuelves absolutamente comprometido con las necesidades que ves, y confidencialmente te digo algo que solo sabrás si lees este artículo hasta el final, voy a África por puro egoismo, me cuesta mucho ir, estoy atrapado por África…pero vuelves feliz, es muy difícil de explicar, cuando vuelves te cuesta varios días aterrizar en el llamado «primer mundo», y tengo muy claro que volveré ya que de verdad en África ves a Dios detrás de los ojos de cada niño y eso no logro verlo en este otro mundo.
¿Te animas a ser voluntario?
Santiago Díez Rubio, socio-director general de Intelect Search
Maravilloso post, Santiago. Leído hasta el final, eres un ejemplo a seguir. Que grande y generoso!!!!