Hoy, 16 de octubre, se celebra mundialmente el día de la alimentación. Desde KUBUKA, queremos parar un minuto a reflexionar sobre el tema y compartir con vosotros algunos datos bastante impactantes.
En primer lugar, no debemos olvidar que el derecho a la alimentación es un derecho humano básico. Sin una buena alimentación, ningún ser vivo puede salir adelante. La nutrición es uno de los pilares de la salud y el desarrollo. Los niños sanos aprenden mejor y desarrollan mejor su potencial. La gente sana es más fuerte y más productiva.
En el mundo, cada año se producen el doble de alimentos de los que harían falta para alimentar a los 7.300 millones de personas que habitan la Tierra, y sin embargo, 793 millones de esas personas pasan hambre. Para hacernos una idea, esa cifra es casi una de cada nueve personas. ¿Y qué significa pasar hambre? El hambre es la falta de alimentos necesarios para llevar una vida saludable y activa. La gran mayoría de personas que padecen hambre en el mundo viven en países en desarrollo. Asia es el continente con mayor cantidad de personas padeciendo hambre. Por otro lado, África subsahariana es la región del mundo con mayor prevalencia (porcentaje de la población) de este problema, donde una de cada cuatro personas presenta desnutrición.
Hay que tener en cuenta que la desnutrición afectó, en 2016, al 37% y al 34% de la población infantil de África Oriental y de Asia Meridional, respectivamente y contribuye a cerca de un tercio de las muertes infantiles mundiales. Cada año fallecen alrededor de 1,5 millones de niños por síndrome constitucional (pérdida de peso patológica). Pero este problema no solo llama la atención por su mortalidad, sino que al mismo tiempo impide el desarrollo saludable de las personas afectadas y disminuye la productividad y la capacidad de aprendizaje de las mismas durante toda la vida. Todo esto conlleva graves problemas en la forma de vida de dichas personas. Además, a esto hay que sumar las enfermedades causadas por la carencia de vitaminas y minerales, como la anemia, o la deficiencia de vitamina A, que son factores de riesgo de ceguera, muerte por sarampión y por enfermedades diarreicas.
La desnutrición acarrea riesgos muy considerables para la salud humana.
Uno de cada seis niños en los países en desarrollo presentan peso inferior al normal. Uno de cada cuatro de los niños en el mundo padece de retraso en el crecimiento. La principal causa de todo esto es la desnutrición infantil. El hambre. 66 millones de niños en edad escolar primaria asisten a clases con hambre en los países en desarrollo. Sólo en África hay 23 millones.
Por todo ello, en KUBUKA creemos que la alimentación es una pieza esencial en la productividad de una cadena de funcionamiento. Si un niño o niña cuenta con, como mínimo, una comida al día de cantidad y calidad nutritiva suficiente, tendrá la energía cerebral necesaria para atender en clase, ser más eficiente haciendo sus deberes y aguantar el camino de ida y vuelta del colegio,que en ocasiones es muy largo. Además, su organismo podrá desarrollarse de manera adecuada y saludable.
Es una cadena ya que, si consigue atender en el colegio y estudiar, pasará de curso, y paso a paso, acabará la etapa escolar de manera satisfactoria y podrá alcanzar un futuro mejor.
Aunque desde KUBUKA nuestros proyectos se centran en educación y emprendimiento social, sí que nos preocupamos de que el alumnado de los centros y los pequeños de nuestro centro de acogida comiencen el día con sus barriguitas llenas y así, puedan dar lo mejor de sí mismos durante las clases. Por ejemplo, en el colegio Humanitas de Kenia, contamos con un programa de alimentación que consiste en dar una comida al día a los alumnos apadrinados, lo cual, hemos comprobado, mejora su eficiencia en el trabajo escolar.
Quizás leyendo este blog nos hagamos un poco más conscientes de lo importante que es que los alimentos lleguen a todas las partes del mundo y nos tomemos más en serio el desperdicio alimentario.