EL PODER DE MUTINTA

EL PODER DE MUTINTA

Después de 3 años en Zambia, Elena ha vuelto a España para quedarse, dejando allí a una nueva familia, numerosos amigos e innumerables experiencias. Mientras, KUBUKA se prepara para recibirla, con los brazos abiertos y muchísimas ganas, en Madrid, donde tiene su sede. 

Elena ha sido Co-fundadora de Más Por Ellos, Fundadora de KUBUKA, Vicepresidenta, Coordinadora de Proyectos, Coordinadora de Voluntariado, compañera, amiga y hasta «madrecita» de muchos. Pieza indispensable de un equipo que hoy quiere dedicarle estas palabras: 

Cuentan por ahí que tiempo atrás llegó una niña de dieciocho años a Zambia, Elena. Allí, después de un tiempo, fue acogida en un poblado llamado Mwandi, donde hizo muy buenas migas con Joyce, directora del colegio del mismo lugar y varios niños de ese colegio.

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Cuando llegó la hora de partir de vuelta a España, decidió apadrinar a esos niños para que pudieran hacer secundaria. Y tras hacer una larga carrera universitaria, durante la cual pasaba temporadas en Kenia y Zambia, Elena, ya crecida, volvió para quedarse un largo tiempo.

Así, con cuatro amigos que fueron con ella, formaron KUBUKA en Zambia. Cuando llegaron los cinco, Joyce se había jubilado, y al preguntarle qué iba a hacer, ella dijo: «os estaba esperando».
Y nuestra querida Elena fue llamada Mutinta, que en Tonga significa «la primera en llegar». Se quedó tres años viviendo en Zambia.

Durante ese tiempo contó con unos padres adoptivos y nuevos amigos. Han sido años increíbles pero también duros y de gran esfuerzo. Tres años vividos con pasión, comprensión, dedicación, cansancio, afecto y empatía por ella, Mutinta.

Y por ello, querida Elena, todas las personas que hoy formamos el equipo, unidas a las que lo formaron en algún momento y a aquellas que han pasado por Zambia y te han conocido, te decimos al compás : GRACIAS.

Gracias por ser amiga y hermana para muchos, por ser divertida y agradable, y por saber decir las cosas. Y, sobre todo, infinitas gracias por ser tan trabajadora y por tu dedicación. Porque sin ti KUBUKA no habría llegado a ser lo que hoy es y porque es un verdadero gusto codearse con gente así. Gracias por, estando en Zambia, pasarte noches en vela haciendo cuentas, documentos y un largo etcétera. Por aprender cosas desde cero siempre pensando en el beneficio de la ONG, por trabajar tanto para el crecimiento de cada proyecto, y por ser tan cercana con los locales ganándote así su confianza. Gracias porque, cuando vienes a Madrid sigues dedicando las 24 horas del día a este gran proyecto. Por los eternos días en los que enlazabas una reunión con otra y así hasta el final del día. Gracias, por creer en KUBUKA y en nosotros.

En definitiva… GRACIAS por tener esta pasión y vocación en la vida. Gracias por decidir, en cada momento difícil, seguir adelante. Por enseñarnos tanto a todos siendo un pilar esencial en KUBUKA.” Casilda Cernuda

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«No se puede entender KUBUKA sin la figura de Elena. Su trabajo en la sombra desde Zambia es lo que ha permitido que hoy tengamos todos nuestros proyectos funcionando. Su positivismo y energía han sido la piedra angular que ha soportado el peso de muchas dificultades, que ha evitado que proyectos se caigan o que personas se rindan.
Desde España hemos sentido siempre su apoyo y disponibilidad, siempre dispuesta a escuchar y darle un punto de vista distinto a los dilemas que nos iban surgiendo. Elena ha conseguido que haya una conexión permanente desde terreno hasta España que nos motiva para sacar lo mejor de nuestro trabajo desde aquí porque vemos un fin tangible allí.
Durante estos tres años que llevo formando parte de KUBUKA, Elena ha sido un gran ejemplo y referente para mÍ dentro de la ONG, y lo seguirá siendo por su capacidad de sacrificio y entrega.

Sabemos que aún tienes mucho que aportar a esta gran familia ahora que cierras una etapa muy bonita de tu vida y comienzas una nueva.

Gracias Elena por haber construido y seguir construyendo KUBUKA.»

– Valle

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«¿Te has ido? Me hago esa pregunta cada día. Sigo entrando en casa con la ilusión de encontrarte, sentarnos en nuestra cama y soltarte mil preguntas como una metralleta a la que no puedes parar. Hablar sobre mil cosas; proyectos, voluntarios, documentos, temas administrativos y lo que hacía todo más especial, sobre mi vida. Porque si alguien sabía darme un consejo en ese momento eras tú.

Es difícil saber si alguien se ha ido cuando te sigo viendo en mil sitios; en la comida de Zam-Mex, en 105 niños apadrinados, en cada balón que vuela por los campos de Mwandi, en las zanahorias de la huerta, en los ladrillos del cole de Kasiya, en la cara de todos los voluntarios y hasta en ese agujero en el que un día de lluvia te caíste.

Porque aquí están todos tus sueños, todas y cada una de tus elecciones de los últimos 9 años, tus alegrías, tus pensamientos, tus enfados, tus lágrimas, tus quebraderos de cabeza, tu compromiso, tu fortaleza, tu dedicación. Has dado todo y más por esta ONG.

Gracias es lo mínimo que puedo decirte. Se que no te gusta ser la protagonista, que siempre dices que no eres tú que es KUBUKA, que no es una persona que es un equipo, y estoy de acuerdo.

Hace nueve años decidiste venir a Zambia, un país que casi seguro ni sabías donde estaba. Apuesto un brazo a que en ese momento no eras consciente de lo que ibas a lograr con el tiempo. Siempre dices que gracias a que Joyce apareció en tu vida tú has logrado lo que has logrado, pero gracias a que tú apareciste en la suya, KUBUKA es lo que es.

Se la cantidad de veces que no te has podido dormir preguntándote si de verdad estabas haciendo algo, si las cosas estaban cambiando, si merecía la pena seguir intentándolo. Y lo se porque a mi me sigue pasando, pero a día de hoy puedo decir que te puedes ir tranquila, que has dejado el listón muy alto y que aunque sea pangono, pangono, se ven resultados y tienes que estar orgullosa.

Nunca te olvides de lo que has logrado, lo que has conseguido con solo 28 años, y las vidas que has cambiado. Sigue luchando por lo que quieres y por lo que sabes que merece la pena porque aquí nadie te olvida.»

– Sofía

 

Y estas son sólo una representación de muchas personas a quiénes Elena ha contagiado con su energía, compromiso, sacrificio e ilusión, en España, Kenia y Zambia, desde hace tantos años y que hoy hubieran querido también participar de este blog. 

 

KUBUKA es lo que es hoy también gracias a ti, y esperamos que sigas siendo esa pieza indispensable por mucho, mucho tiempo. 

 

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