Según te vas adentrando en Kibera, y vas conociendo a las personas de la comunidad, te vas dando cuenta de que se respira buen rollo. La mayoría de la gente que vive en el barrio, llega con la esperanza de encontrar un trabajo en la capital. El trabajo no existe, ni en Madrid ni en Nairobi. La diferencia es que en Nairobi saben que tienen que salir adelante y que de alguna manera se tienen que sacar las castañas del fuego. Emprenden negocios, se ayudan los unos a los otros, y consiguen salir del paso.
Pero algunos todavia os estaréis preguntando, ¿por qué estos chalados se van a Kibera?
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