El amor está en nosotros, en vosotros. El amor está en ellos, en esos 22 niños que residen en el centro de acogida para discapacitados: la Small House de Sant Francis.
El amor está en ella, en Mum, la mujer que día a día vela por el bienestar de sus niños, como ella les llama.
El amor está en una de las niñas, que con tan sólo 12 años de edad y considerables dificultades motoras en su mano derecha, colabora en la elaboración de la comida y demás tareas del hogar.
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El amor está en aquel que a pesar de su deterioro cognitivo severo, no cesa de cantar, bailar y sonreír en señal de agradecimiento a la oportunidad que la vida le había otorgado de alojarse en ese espacio, un lugar con una atmósfera impregnada en amor.
El amor está en la que presentando una prótesis en su pierna derecha, no duda ni un sólo instante en trasladar entre sus brazos al pequeño. Ese niño al que una parálisis cerebral en su nacimiento le supuso un desarrollo insuficiente en su cuerpo, restringiendo íntegramente la movilidad de sus extremidades inferiores. El amor está en ella. El amor está en él.
El amor está en el entendimiento, el sacrificio y la lucha de cada uno de los pequeños. El amor está en su valor, energía y valentía. El amor está en su compañerismo. El amor está en el apoyo mutuo.
En ocasiones dicen que el amor no es más que la representación de un concepto abstracto en nuestras mentes; un término impreciso, confuso, desdibujado. Hoy para todos aquellos que aún no creían en él, hemos decidido manifestar, vociferando hasta vaciar nuestra garganta lo siguiente: el amor sí existe.
