No es algo nuevo decir, leer u oír que, cada vez más, nuestro mundo se convierte en un mundo mas individualista, que cada vez más, pensamos solamente en nosotros y nosotras y que el bien común se ve difuminado frente al bien o a la satisfacción personal.
Son conceptos sobre los que quizá pocas personas se paran a pensar o reflexionar, sobre todo, en este día a día nuestro en el que todo va tan deprisa…
Pero luego, llegas a terreno, visitas proyectos, convives en ellos, y te das cuenta del verdadero valor de la palabra comunidad y del bien que ese sentimiento hace a todas las personas que forman parte de ella.
Hoy nos gustaría que conocieseis a una pequeña representación de las personas que pertenecen a la comunidad de Kasiya.
Kasiya es una pequeña comunidad aislada, a unos 20 km de Livingstone, que durante el mes de agosto está acogiendo a los equipos de voluntariado de verano de KUBUKA y al Quijote Team, un grupo que ha recaudado dinero para este proyecto, con el objetivo de compartir su día a día, sus espacios, sus experiencias, sus dudas….y, sobre todo, para que aprendamos no sólo del nuevo entorno que nos acoge, sino para enseñarnos la bonita lección de valorar todo lo que nos rodea, valorar una sonrisa, un vaso de agua, un esfuerzo,un silencio frente al fuego o una ducha bajo las estrellas.
Dos de las personas que están haciendo de esta experiencia un verdadero aprendizaje son Judith, la coordinadora de cocina en el campamento y Andrew, el máximo responsable del colegio de Kasiya, del que ya se está construyendo la segunda fase.
Judith, mujer poderosa en presencia y esencia, nos regala cada día desde por la mañana sonrisas, historias y enseñanzas de su comunidad, su forma de vida, sus costumbres y sus ganas de conocer más y más.
Andrew, un hombre entregado a la idea de aumentar las posibilidades de acceso a la educación de su comunidad, implicado en las obras de construcción de la escuela, en el desarrollo del campamento y talleres, y con unas ganas imparables de compartir momentos en los que hablar del mundo, de las estrellas, de la vida en otros países y,en especial, de conocer posibilidades de crecimiento para Kasiya.
Ellos, junto al resto de personas con las que hemos convivido estas semanas, nos hacen pensar y reflexionar acerca de lo bonito que sería permitirnos más a menudo valorar y compartir las cosas sencillas de la vida.
Virginia Morcillo Hidalgo
Coordinadora de proyectos de KUBUKA en Zambia