‘’Banana, please, banana!’’ Y como casi siempre, sonrío, mirando de reojo y sigo caminando. Parece duro, pero así es como hay que actuar cuando te vienen 20 niños al día a decirte lo mismo. Si pudiese, y si fuese tan fácil la solución, no les compraría un plátano a cada uno, les compraría una plantación. Sigo caminando y siento como el niño me sigue, pero parece que a diferencia de los otros 19 niños de hoy, a este le cuesta mantener mi ritmo. Le miro, esta vez de frente. Por primera vez, la cara de un niño Africano no me dice nada. Su expresión y su mirada están anuladas. La felicidad, la tristeza, la esperanza, la curiosidad de los niños de este continente, en él han desaparecido. Y de repente, me salta a la vista un frasco de cristal que lleva en la mano. Pegamento. Miro a Eric y a Pablo; «Sí, hay muchos así, siempre están por aquí». No me lo puedo creer. Levanto la mirada y tirados encima de montones de basura, apoyados contra paredes, tambaleándose entre los cientos de personas que frecuentan Gikomba market; niños con frascos de cristal, niños sin mirada, sin expresión, niños de nueve, diez, once…años, niños que no tienen nada mejor por lo que vivir que estar solos en la calle buscando el placer del pegamento, niños colocados, drogados, niños que son adictos. Niños.
«Te doy un plátano si me das el frasco», le digo al niño que me sigue con un amago de intentar raspar la superficie de un océano profundísimo. Después de negarse varias veces, decide darme el frasco. Nada más tenerlo en mis manos, me lo intenta quitar con toda su fuerza. Desesperada por no dejar que este niño que parecía tener menos de una década de vida volviese a drogarse, me resisto a que me lo quite mientras le digo «Te doy un plátano, o los que quieras. Comida, pollo, por favor. ¿No lo prefieres a estar esnifando esto?» A lo que me responde: «No».
Suelto el frasco y él lo agarra fuerte contra su pecho. Eric, Coco y Pablo me están esperando. Me están esperando y aquí yo no tengo nada más que hacer. Me doy media vuelta y con un dolor que hacía mucho tiempo que no sentía, sigo mi camino en busca de telas para llevarme a casa como regalos de Navidad. Eso es lo que voy a hacer.
Más por Ellos empieza a coger forma de una manera increíble en Kenya. Un día de trabajo del equipo de África empieza a las 8am y acaba a las 10pm como mínimo. El terreno ya está medido, los arquitectos trabajando, en el huerto ya crece maíz, lentejas, judías, mango, aguacates, frutas de la pasión…etc., el programa de apadrinamiento ya tiene a casi 90 niños en la listay el de microcréditos, a tres clientes y a otros dos en camino. Recibimos e-mails de apoyo y de posibles voluntarios a diario y nuestros seguidores crecen sin parar. Esto nos da la fuerza y la ilusión para continuar con esto. Nos da esperanzas de que este sueño se haga realidad. Nos ayuda a confiar en nosotros mismos y en que aunque sea un granito, algo en este mundo estamos cambiando.
«A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota». Madre Teresa de Calcuta
Necesitaba venir. Necesitaba venir y vivir en primera mano el trabajo de campo. Necesitaba estar riéndome con Rafi, nuestro frutero de abajo, y Eric, mientras se retan a ver quien baila mejor. Necesitaba levantarme por las mañanas y acostarme por las noches feliz. Feliz de ver a Álvaro dedicar sus 24 horas al día a «Ellos» y ver que eso a él le hace feliz. Feliz por ver que Pablo ha decidido que esta será su vida a partir de ahora. Feliz de ver que Eric y un grupo de ‘muzungus’ comparten un mismo sueño. Feliz al ver, como dijo un amigo mío, que las personas con más problemas son las que más fácilmente se deshacen de ellos.
Pero de la misma forma que yo necesito a África, África nos necesita a nosotros. Porque no todo es tan fácil. Los procesos, las leyes, el dinero, el ser blanco, el ser negro, los errores… Son todos los posibles baches que nos podemos encontrar por el camino. No es fácil tener que decir que no y saber ir poco a poco para hacerlo lo mejor posible. Esos niños de Gikomba market, no se pueden sacar de la calle tan fácilmente. Algunos tienen padres, otros no quieren ayuda, y los que quieren tendrán que pasar por un proceso de registro que puede tardar años. Estos niños necesitan nuestra ayuda como cualquier otro. No saben mejor. No saben que el placer que les da el pegamento se lo puede dar una pelota de fútbol, aprobar un curso escolar o un plato de comida caliente. No lo saben porque nunca lo han tenido. No es fácil saber que ahora mismo no podemos ayudar a estos niños. Pero tengo claro que algún día les sacaremos de la calle y les enseñaremos que pueden ser diferentes a lo que son ahora, que pueden dejar esa adicción y que pueden, y sobre todo, se merecen, tener una vida mejor. Como dice Álvaro siempre, con paciencia y poco a poco se harán más cosas y mucho mejor. Tendré paciencia pues, porque estoy segura de que por muy difícil que sea ayudar a estos niños, los brazos no se cruzan, se estiran y abrazan a los retos y alcanzan las metas.
Me fui a Kenya con un billete de vuelta para una semana. Ese era el plan. Pero como ya dije una vez en este blog, los planes nunca se cumplen. Me vuelvo ahora porque tengo que acabar la carrera, pero me vuelvo, aún más segura (si cabe la posibilidad) de que mi vida está en África.
«Dicen que soy héroe, yo, débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos». Gandhi.
Muchísimas gracias por vuestra ayuda y vuestro apoyo, ¡así las cosas son mucho más fáciles!
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede consultar más información en nuestra política de cookies. AceptarReject
Privacy & Cookies Policy
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
Hazte socio/a #cambiavidas
Trabaja en KUBUKA
Hazte socio/a #EMPRENDEDORAS
Hazte socio o socia #EMPRENDEDORAS
Únete a KUBUKA
KYALO
Pablo y Pilar, creadores de estas magníficas historias, son parte del equipo de KUBUKA y saben mucho de generosidad, de entrega y de solidaridad. Pablo fue uno de los primeros fundadores de Lisha Children’s Home en Tala (Kenia) uno de nuestros primeros proyectos y, junto con su melliza, Pilar han creado un cuento que recoge a la perfección el espíritu de la organización. ¡El 100% de los beneficios los donan a KUBUKA!
Ayudar a entender la cultura africana a través de los ojos de un niño, Kyalo, acercar África a nuestros hogares y hacer que a través de preguntas sencillas y llenas de realidad nos planteemos que hay otros mundos ahí fuera que merecen la pena ser explorados. Dicen que los cuentos ayudan a los niños a dormir y a que los adultos despertemos. Con Kyalo, aprendemos a despertar, a comprender, a sentir y a compartir una realidad distinta. No hay nada más bonito que poder descubrir a través de los ojos de un niño.
Carolina es la fundadora de este proyecto, que consiste en crear poesía en objetos artesanales y ecológicos de la vida cotidiana. Todo lo hace con sus manos. Su idea es crear un “Kit Abrazo”, una cesta con varios productos, y donará un 20% de las ventas para el proyecto de Kleanbera Recycling (KENIA) ya que va muy unido a su proyecto, sólo utiliza materiales reciclados y ecológicos.
Andrea Fernández es chef patissiere, estudió en Le Cordon Bleu, y ha montado un negocio de tartas artesanas hechas por encargo. Ahora en Navidad quiere colaborar con KUBUKA vendiendo cajitas de pastas y galletas solidarias. ¡Nos da 50% de las ventas!
Conócela y haz tus encargos en su cuenta de Instagram @blissbakery.mad
Fysikó
Alberto Rubio Terrazas ha realizado ya varias exposiciones de fotografía documental y matérica para KUBUKA.
En esta ocasión dona a KUBUKA un 20% de las ventas destinados al proyectos de Kleanbera Recycling (KENIA).
Estará presente del 30-11-20 al 10-1-21 en Pan Arts & Coffee (C/Isla de Tavira 8. Madrid).
31 de diciembre
Llegamos al final del año y con ello se terminan nuestras 9 sorpresas para ti. ¡Esperamos que te hayan gustado!
GRACIAS porque 2020 ha cambiado muchas cosas pero tú te has quedado con KUBUKA, acompañándonos cada día.
Desde KUBUKA, queremos desearte todo lo mejor en 2021 y esperamos seguir avanzando contigo de la mano. #cadadiacuenta #delamano
30 de diciembre
Hoy a las 21:00 desvelamos a los ganadores del sorteo publicado el día 23 de diciembre.
Hoy queremos regalarte una selección de recomendaciones culturales (libros, música, exposiciones, noticias y curiosidades) hecha especialmente para ti.
Este 2020 nos hemos dado cuenta de que hay cosas que realmente merecen la pena. ¿Qué pasaría si las pudieses envolver? Esta Navidad regala emprendimiento, regala oportunidades, regala sostenibilidad, regala reciclaje.