Hoy me preguntaba, después de tres años colaborando, ¿por qué empecé a colaborar?
Me fui Kenia por dos motivos:
El primero fue que no entendía, y sigo sin entender, por qué la gente se muere de hambre o no tiene educación. Intentando comprenderlo de verdad, no aceptando una situación de injusticia porque siempre haya estado ahí.
De forma resumida, creo que es porque los que han tenido la suerte de tener más, no quieren tener un poco menos, de hecho, quieren seguir teniendo más. Me imagino la voz mental de varias personas de mi alrededor “quejándose” por lo que parece otro texto que pretende recaudar; no será así, pido paciencia.
La pobreza surge por esa necesidad humana de ser mejor cada día. El ser humano ha tenido y tiene la capacidad de hacer grandes cosas. Nuestra evolución y capacidad de inventar no tiene límites, y todo eso tiene el mismo principio humano: ser mejor cada día. Podríamos preguntarnos ¿hacía donde estamos yendo?, siempre habrá más que hacer. Es como empezar una carrera que no tiene meta, pero no quiero desviarme porque esa necesidad de progresar, forma parte de la naturaleza del ser humano. Acepto nuestra situación, pero reflexiono sobre su causa.
Es inevitable que algunas personas sean mejores haciendo negocios, mientras otras lo son cosiendo, cuidando de sus hijos o haciendo música.
Cada uno tiene una habilidad, y el sistema económico parece premiar a unos más que otros. Si nuestra naturaleza nos hace querer mejorar día a día, y vivimos en un sistema económico donde “triunfan” los que mejor hacen negocios, se crean desigualdades y surge la pobreza. No estoy hablando del surgimiento del dinero como moneda de cambio; si se usara bien, podría tener sentido humano. Estoy hablando de las diferencias que genera el movimiento humano hacia la posesión.
Si hay tres manzanas para tres personas y tú te quedas con dos, algo raro está pasando.
¿Si fueras un refugiado que pensarías sobre los europeos?
El sistema promueve la competición y la separación de las partes. El sistema necesita que unos pierdan para que otros ganen.
Si sabemos todo esto, ¿por qué no ser conscientes de ello? Porque no generar un cambio personal. Si cambiamos nuestra forma de comportarnos en el día a día y somos conscientes de que cada compra está emitiendo un voto a favor de esa empresa, que se está haciendo más poderosa con nuestra compra, estaremos cambiando nuestro mundo. Si somos conscientes de que nuestra naturaleza nos lleva a querer siempre más, pero elegimos compartir en lugar de poseer, estaremos cambiando nuestro mundo.
“La función de la Utopía no es alcanzarla, la función de la Utopía es estar ahí para que todos los días nos levantemos a buscarla” Eduardo Galeano.
El segundo motivo por el que me fui a Kenia fue la profundidad y realidad humana que hay en aquella gente. En África se puede encontrar a gente pura, que se desnuda ante ti en lugar de vestirse para ella. Las emociones y autenticidad están permitidas.
He conocido a muchos, y la gran mayoría, hubieran compartido la manzana “que sobra”.
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”
Pablo Pérez de Miguel