Hoy nos gustaría hablaros del Departamento de Proyectos. Suena técnico y complicado, ¿verdad? No os equivoquéis, desde aquí realizamos algo que de manera natural e inconsciente todos aplicamos en nuestro día a día.
Entendemos un proyecto como nuestro plan para llevar a cabo una idea, y… ¿es que no todos planificamos por ejemplo nuestro día siguiente? “ A ver, tengo que levantarme mañana más temprano para ir a dejar un paquete en Correos antes de trabajar; después ir a comer a casa de mis padres por lo que no me llevo el coche ya que es imposible aparcar en esa zona; y como por la tarde me toca pilates, me llevo ya la mochila preparada desde casa con la ropa. Ah, y que no se me olvide coger dinero para comprar el regalo de mi hermano que es su cumpleaños…”
¿Lo veis? Al final todos nos organizamos con anterioridad para poder cumplir una serie de objetivos. Y en el departamento de proyectos de Kubuka hacemos la misma función pero a gran escala, bajo una serie de metas mayores, más actividades, con mayor gasto de recursos y donde están involucradas muchas más personas, pero con la misma intención: conseguir un fin y no perdernos por el camino.
Para acercaros un poquito mejor a todo el proceso, queremos compartir las etapas por las que todos los proyectos pasan. A priori casi siempre es muy sencillo, pero nos gustaría compartir algunos detalles para que no se nos escape nada.
La primera etapa consiste en la «Identificación», conocer las necesidades de las personas, grupos o comunidades. Esta es una de las fases más importantes, ya que muchas veces no detectamos las mismas carencias unos y otros, o no las satisfacemos de igual manera. Por ello es fundamental contar con la opinión y trabajo de todos, en especial de la gente local, pues siempre aportan muchas cosas que a nosotros se nos escapan (por desconocimiento al no ser de allí, por presuponer o no cosas de antemano, porque obviamos detalles…), además, y en definitiva, son ellos quienes las viven y las sienten.
Un ejemplo claro y sencillo, podría ser cuando se colabora con un colegio. Aquí hay que tener en cuenta la opinión de muchos actores: profesores, directores, auxiliares, celador, así como los padres y lo propios alumnos, pues siempre van a ser los más indicados para determinar donde tienen mayores dificultades y por tanto, cuáles son los problemas a resolver.
En una segunda fase, la «Planificación», determinamos claramente nuestro objetivo a lograr y las actividades, estrategias, tiempos y recursos que precisamos seguir para poder conseguirlo. En este caso, tenemos que tener claro que es imposible dar respuesta a todos los problemas, debemos ser conscientes que muchas veces trabajamos con poblaciones muy dañadas y la mayoría de las veces se necesita primero cubrir unas cosas para poder llegar a las siguientes. Pues en eso consiste, en determinar, con la participación de todos, qué es lo que corresponde al ahora y cómo lo vamos a hacer. Poder decidir, implica ser parte responsable.
Una vez claras las metas y formas para conseguirlas nos ponemos manos a la obra. Es lo que llamamos Ejecución o Implementación. Sin duda, esta es la parte más atractiva de todo el proceso y en la que es más importante conseguir que la gente local lo haga suyo.
¿Qué sentido tendría que un voluntario extranjero/de fuera diese clases de matemáticas en un colegio de Kenia o Zambia? Nuestra intervención va enfocada a asegurar que haya profesores de la zona contratados bajo unas buenas condiciones, en compartir metodologías pedagógicas con esos maestros o simplemente en facilitar puntos de encuentro de los padres, fortaleciéndolos como agentes activos dentro del centro.
Para finalizar, tenemos la fase de la «Seguimiento y Evaluación», donde durante y una vez terminado el tiempo previsto de intervención, se revisa el proyecto para ver aspectos de mejora. ¿Hemos conseguido dar talleres con los padres? ¿El dinero gastado en material escolar ha sido el presupuestado? ¿Ha sido suficiente o nos hemos quedado cortos? ¿Las personas implicadas han cumplido su parte de responsabilidad? ¿Qué dificultades nos hemos encontrado por el camino y cómo las hemos solucionado?
Como veis, y sobre todo podéis imaginar, hay infinidad de preguntas a las que dar respuestas, y lo más importante¡¡¡queremos hacerlo!!! pues para nosotros es esencial mejorar, corregir errores, coger lo positivo y siempre, siempre… seguir creciendo.
«Para empezar un gran proyecto, hace falta valentía. Para terminar un gran proyecto, hace falta perseverancia.»
Soledad Vera