Mi nombre es Elizabeth Manyasa Chibole, soy ciudadana keniana y tengo 37 años. Estoy casada, tengo tres hijos y soy la directora del colegio Grace Humanitas en Kibera (Nairobi).
En lo que respecta a mi educación, contaros que terminé mi educación primaria en 1997 y obtuve mi certificado de Educación Secundaria en 2001. Seguí formándome en Desarrollo de primera infancia y educación para convertirme en profesora en 2013.
Conocí al equipo de KUBUKA en 2014 mientras trabajaba en otra escuela en la que pasé 8 años. Nuestra colaboración comenzó en enero de 2015 y continúa hoy en día. Puedo decir que ha sido una relación muy positiva ya que no solo me ha beneficiado a mí, sino también a la comunidad en general y esto es lo más importante. La verdad es que es un placer trabajar con KUBUKA, es una gran ayuda para continuar con nuestro pequeño gran proyecto, el colegio Grace Humanitas del que me siento muy orgullosa.
Paso a paso
En 2015 comenzamos con siete cursos, desde Baby Class hasta Class 4, con un total de 175 estudiantes y 7 profesores. A día de hoy casi hemos duplicado la cifra, llegando a tener 300 alumnos, 10 profesores y más personal que trabaja en el colegio. El apoyo de KUBUKA nos ha fortalecido en aspectos académicos pero también en actividades extra curriculares, con libros de texto, mobiliario, desayuno para los niños y una notable mejora en el programa de nutrición, así como uniformes para los equipos de deporte, un programa de capacitación para los docentes, etc. Además, se ha encargado del pago del alquiler del espacio que usábamos como colegio, ya que no hubiéramos podido hacerlo de manera independiente. Estos son solo algunos ejemplos de lo que KUBUKA ha significado para nosotros desde que fundamos el colegio hace más de 3 años.
Personalmente, comencé a desarrollar mi pasión, convertirme en profesora cuando estaba en Class 4, es decir, con tan solo 12 años. Me gustaba la manera en la que los maestros solían tratar a los niños y crecí convencida de que quería dejar huella, marcar la diferencia en mi comunidad o en cualquier otra en la que trabajara. Para ello siempre pensé que la mejor forma era hacerlo a través de la enseñanza, específicamente dirigida a los niños y jóvenes. Me puse manos a la obra y después de terminar la secundaria, comencé a practicar como maestra no cualificada y trabajé muy duro para inscribirme en la universidad, poder utilizar mis conocimientos y habilidades y, finalmente, poder vivir de ello.
Me encanta mi trabajo, no me aburro ni un momento, realizo múltiples tareas en la escuela como administradora pero también delego otras tantas en mis compañeros docentes. Mis días son frenéticos: asisto a reuniones fuera de la escuela, investigo sobre la implementación del nuevo plan de estudios, me aseguro de que la escuela tenga suficientes materiales de aprendizaje y enseñanza, me reúno con los padres… Hago todo lo necesario, de una forma desinteresada, para lograr mi principal objetivo: plantar buenas semillas en los demás para que fructifiquen fuertes y sanas.
Si me paro a analizar estos años de trabajo, creo que lo estoy consiguiendo (solo de pensarlo sonrío). Parte de esa alegría y satisfacción que supone el trabajo bien hecho, tiene mucho que ver con KUBUKA, ya que es nuestra cooperación y trabajo en equipo lo que nos ha llevado hasta aquí. De hecho, nuestro progreso pronto se va a reflejar también materialmente porque gracias a toda la familia, porque eso es lo que somos, hemos podido comprar una parcela para la escuela cuya construcción está en marcha. Este nuevo colegio va a suponer la reducción de los costes mensuales de las clases y, por tanto, un gran beneficio para nuestra comunidad, para nuestros niños, para nuestro futuro.
En nombre de Grace Humanitas, incluidos profesores, padres y niños, me gustaría enviar mis felicitaciones y agradecimiento a todo el equipo de KUBUKA por su incansable apoyo.
¡Que Dios os bendiga y os llene de abundancia! ¡Gracias!
Elizabeth Manyasa Chibole, directora del colegio Grace Humanitas