Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué Dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.
No hay muerto que no me duela,
no hay un bando ganador,
no hay nada más que dolor
y otra vida que se vuela.
Así dice el estribillo de una canción de Jorge Drexler que robó la primera cuarteta a Chicho Sánchez Ferlosio para componer la “Milonga del moro Judío” de su disco ECO (2004). Aunque es una canción ya antigua creo que en estos tiempos de enfrentamientos, guerras, atentados y otras formas de maldad humana es de rigurosa actualidad.
La razón de escribir este blog es por un lado informativa (contar los avances, el trabajo y los logros de Más Por Ellos) y por otro lado de sensibilización, de colaborar en la concienciación y en la creencia de que con el esfuerzo de muchos el mundo será un lugar mejor.
Nosotros creemos que el mundo será mejor cuando no sepamos quiénes son nuestros hermanos porque, en realidad, todos son mis hermanos. Cómo dice Jorge Drexler “No hay muerto que no me duela” y lo digo de corazón. Lo más maravilloso que tenemos es la vida, y perderla es lo más penoso que nos puede ocurrir, nadie debería poder quitar la vida a nadie. Al contrario, todos deberíamos intentar dar vida a los que están a punto de perderla o de cambiar la vida de aquellos que no están teniendo la vida que se merecen.
Desde Más Por Ellos creemos en la vida, creemos en la gente y en nuestros hermanos, de cualquier color, de cualquier país, de cualquier religión. Porque cómo dice la canción “No sé qué Dios es el mío”, porque la vida no es cuestión de dioses, la vida es cuestión de personas y es quizá esto lo que nos hace ser tan crueles con nosotros mismos, de sentirnos empoderados y valientes como para matar a nuestros hermanos, de sentirnos dioses y ajusticiar a cualquiera. Pues si hay Dios, quizás su error fue darnos el poder de quitarnos la vida, y lo que es peor, de hacerlo en nombre de otros “Y a nadie le di permiso/ para matar en mi nombre/ y un hombre no es más que un hombre/ y si hay Dios, así lo quiso”.
Es difícil hablar de un asunto tan controvertido y no posicionarse pero no es labor de este blog decidir quiénes son los buenos y quiénes son los malos, lo que hoy quiero decir es que “No hay una piedra en el mundo/ que valga lo que una vida” y que a pesar de las dificultades y de los dramas que ocurren nosotros no miramos para otro lado y seguimos creyendo en el ser humano. Seguimos creyendo en la ESPERANZA, en las ganas de vivir y en soñar despiertos cada día. Seguimos creyendo que cometemos errores todos los días, que nos equivocamos y que fallamos constantemente y que lo seguiremos haciendo. Pero también creemos que las cosas se pueden arreglar, que se pueden cambiar, que hablando se entiende la gente, que nada justifica el asesinato de nadie y que nada justifica una vida porque, al final, lo único que tenemos es precisamente eso, la vida.
Sabemos, y el trabajo nos está demostrando, que se pueden cambiar las cosas. Que el esfuerzo de muchos es una curva exponencial, no es lineal, y que el mundo está lleno de vida. Y no vamos a parar ninguna guerra pero sí que queremos que se nos escuche, que se sepa que nosotros nos oponemos a cualquier forma de maldad y que trabajaremos siempre por hacer del mundo un lugar mejor.
Quiero concluir esta entrada alabando la labor de todas las personas que cada día se juegan sus vidas por salvar las de otros, ese es en realidad el mayor gesto de solidaridad que se puede tener, arriesgar el único tesoro que tienes, tu vida, por conseguir que un hermano no la pierda.
#yocreoenlaEsperanza
Pedro Armas
P.D.: Aquí tenéis la canción: https://www.youtube.com/watch?v=0w2rakGN_N0
Y la letra:
Por cada muro un lamento
en Jerusalén la dorada
y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida,
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo,
no hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué Dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.
No hay muerto que no me duela,
no hay un bando ganador,
no hay nada más que dolor
y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela
no importa el disfraz que viste,
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera,
vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste.
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué Dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.
Y a nadie le di permiso
para matar en mi nombre,
un hombre no es más que un hombre
y si hay Dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido;
rumbo también del olvido
no hay doctrina que no vaya,
y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué Dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.
Jorge Drexler