Me llamo Monalisa y mi vida es como la de cualquier otra chica de mi edad aquí en Livingstone, Zambia.
Estoy ya en mi último año de secundaria y llevo desde los 13 años viviendo aquí. Cuando acabe el colegio quiero estudiar para ser enfermera.
Me levanto temprano, a las 5 de la mañana, y hay muchas cosas que hacer antes de ir a clase: ordenar el cuarto, tareas de limpieza… Mis clases duran desde las 7 hasta las 13, pero como estoy en último curso y tengo el examen de fin de grado, en el colegio tenemos lecciones extra para prepararnos para la prueba, por lo que al final termino las clases a las 16.
Cuando vuelvo a casa, como estudio por la mañana, soy la encargada de preparar la cena. Bueno, depende del día, porque nos vamos turnando. Las cenas son muy divertidas ya que nos juntamos todas y aprovechamos para hablar y contarnos nuestros días.
Si preguntáis a cualquier persona Zambiana veréis que mi vida no difiere mucho de la suya, por lo menos en lo que a rutina se refiere, pero la verdad es que sí que hay algunas diferencias.
Yo no vivo en mi casa con mi familia, si no que vivo en Safe House, una casa para niñas y jóvenes en riesgo de exclusión. Ésto es lo que me permite ir al colegio ya que donde yo nací no hay colegios de secundaria y nunca podría llegar a ser enfermera.
Yo no vivo con mi familia sino que vivo con otras chicas que, como yo, no lo han tenido fácil en la vida y con nuestra Aunty (tía), así es como la llamamos, que es la persona que nos cuida aquí.
Aquí no solo tengo la oportunidad de estudiar, sino que he aprendido a interaccionar con otras personas, a ser más tolerante y a concentrarme en mi misma. Quiero ser yo la que decida qué hacer con mi vida y que no sea la vida la que decida por mí.
Monalisa